El mundo nos mira

La aprobación de la Ley del Referéndum el pasado miércoles (y, al día siguiente, la de Transitoriedad Jurídica) ha supuesto el impacto inicial del choque del trenes. ¿Qué sensación me queda en estos momentos? Que, pese a que los independentistas han impuesto su superioridad en escaños, la victoria no ha sido tan lucida como pretendían. No tengo la sensación de haber vivido un momento histórico, sino un día de agotadora bronca en el Parlament, con ambos bandos recurriendo a todo tipo de triquiñuelas parlamentarias para acelerar el proceso de aprobación (los independentistas) o para retrasarlo (los no independentistas). La votación final de la Ley del Referéndum, ya de madrugada y en un Parlament medio vacío, requirió de el canto de Els Segadors por parte del independentismo para dar algo de empaque histórico a una jornada caótica. Seguramente no fue lo que nadie esperaba para un día tan trascendente, lo cual no deja de resultar sorprendente teniendo en cuenta que “El món ens mira” (“El mundo nos mira”).